Principios del Diseño

Al crear un montaje en Photoshop, no nos limitamos a presentar hechos a nuestros espectadores; estamos contando una historia. Nuestro objetivo es hacer que esa historia sea entretenida, informativa y cautivadora. De lo contrario, como ocurre con cualquier mal narrador, corremos el riesgo de perder el interés de nuestra audiencia.

Los principios de la composición se han refinado a lo largo de los siglos, evolucionando desde conceptos fundamentales hasta convertirse en un conjunto sólido de directrices. Originalmente aplicados a la pintura, estos principios se adaptaron posteriormente a la fotografía y también se pueden utilizar en los fotomontajes. Aunque el medio haya cambiado, el arte de contar historias permanece constante.

En este capítulo, exploraremos los conceptos clave que distinguen una imagen bien compuesta de una mal compuesta. Analizaremos cómo guiar la mirada del espectador a través de una imagen y cómo hacer que se concentre en lo que deseamos mostrar.

Aunque estos conceptos se presentan como 'reglas', es importante recordar que romper las reglas puede ser igualmente significativo. También exploraremos casos en los que desviarse de estas reglas puede generar efectos dramáticos, introducir perspectivas únicas o simplemente añadir un toque de rebeldía.

Composición

El acto o arte de componer, o formar un todo o integral, colocando y uniendo diferentes elementos, partes o ingredientes. En usos específicos:

• (a) La invención o combinación de las partes de cualquier obra literaria o discurso, o de una obra de arte; como la composición de un poema o una pieza musical. “El constante hábito de una composición elaborada.” – Macaulay.
• (b) (Bellas Artes) El arte o práctica de combinar las diferentes partes de una obra de arte para producir un todo armonioso; también, una obra de arte considerada en sí misma. 

— Webster’s Revised Unabridged Dictionary

Mirar hacia adentro y hacia afuera

La posición de un personaje en una escena cambia nuestra percepción de la misma y afecta el equilibrio general de la imagen.** En la primera versión, nuestro personaje está observando sus estanterías desde una distancia. Es una imagen bien equilibrada: él está a la izquierda de la escena, los libros están a la derecha, y la mirada se mueve naturalmente de uno a otro. En la segunda versión, lo hemos acercado a los libros. Aunque ahora puede verlos más claramente, la imagen se desmorona. Con todo el interés visual concentrado en la derecha de la imagen, toda la mitad izquierda queda como un espacio muerto.

Una buena regla general es siempre colocar a tus personajes mirando hacia dentro de la imagen en lugar de hacia afuera.** La impresión que da la segunda imagen es que está más interesado en algo fuera del encuadre; en ese caso, si es tan interesante, ¿por qué no lo estamos viendo nosotros también?

Por supuesto, hay ocasiones en las que es necesario romper esta regla. La chica en la fotografía de la derecha no solo está dando la espalda a la variedad de verduras frescas, sino que también está alejándose de nosotros, los espectadores: desagrado y rechazo están claramente reflejados en su postura. Al rechazar la escena, está rechazando también el contenido.

La escultura de David de Miguel Ángel casi siempre se representa desde este ángulo, y así es como se aborda el original desde el pasillo de la Galleria dell'Accademia en Florencia, Italia. Aunque la estatua se colocó en esta posición, en realidad la estamos viendo de lado: una vista frontal real mostraría a David mirando directamente a nuestros ojos, con el cuerpo vuelto. Lamentablemente, la ubicación hace imposible obtener esta vista debido a una columna que obstruye la vista.

La dirección en la que una figura está mirando altera crucialmente nuestra impresión de la escena. Aquí, David parece distante, casi distraído; y esa no era la intención de Miguel Ángel.

Los personajes, animales u objetos en movimiento tienen mucho más impacto cuando avanzan hacia la escena, en lugar de alejarse de ella. Esto podría deberse al valor humano de la expectativa: lo que está por venir nos interesa más que lo que ya hemos dejado atrás. Sin embargo, hay excepciones a esta regla. En el ejemplo de la derecha, el foco de la imagen es el graffiti pseudo filosófico; la mujer está allí simplemente para añadir interés humano. En este caso, ella debe mirar hacia fuera de la escena para no entrar en conflicto con el enfoque principal.

Incluso los objetos inanimados deben ajustarse a la regla de "mirar hacia dentro". Considera el equilibrio de estas dos imágenes: la primera funciona bien, mientras que la segunda resulta incómoda.

Principios del Diseño

En el oeste, leemos de izquierda a derecha. Puede ser por esta razón que también esperamos que el movimiento siga esta dirección: cuando "leemos" una imagen, tendemos a comenzar por la izquierda y mover nuestra mirada hacia la derecha. En el cine, el lado izquierdo de la pantalla es conocido por ser el más poderoso, y han surgido numerosos conflictos entre actores y directores sobre quién debe situarse en el lado izquierdo.

• - Incluso la dirección en la que un personaje está mirando, en lugar de simplemente hacia dónde está orientado, puede inadvertidamente desviar la atención del espectador fuera de la escena. ¡Revisa esas líneas de visión!**
• - La necesidad del diseñador de que los sujetos fotográficos miren hacia el interior de la página, en lugar de hacia el exterior, a menudo lleva a que las imágenes se "volteen" para que las personas miren en la dirección opuesta.** A veces, esto puede tener consecuencias drásticas. Una conocida empresa de software solía publicar una biblioteca de 800 CD-ROM, con un total de 80,000 imágenes fotográficas libres de derechos. Muchas de estas imágenes fueron suministradas por fotógrafos freelance, quienes recibían un pago por su uso. Una imagen, que mostraba a un joven dirigiendo una orquesta, fue volteada por un diseñador para que el niño mirara hacia el interior de la página. Pero aquí está el problema: el niño había fallecido desde que se tomó la fotografía. La imagen resultante mostraba al niño dirigiendo mientras sostenía la batuta en la mano izquierda, lo que, según sus padres, ridiculizaba su memoria. La fotografía había sido tomada en un evento público, y no se había solicitado un permiso de modelo. Los padres demandaron por difamación, y ganaron; la biblioteca completa de 800 CD fue retirada de circulación.

El Foco de Atención

La figura de un hombre trabajando en sus cuentas** (arriba) tiene todos los elementos: la calculadora, el entorno hogareño, las llamas titilantes que sugieren armonía doméstica. Sin embargo, no hay un sentido de drama; con todas las partes de la imagen a la vista, todo compite por la atención y nada destaca.

En la segunda versión, he realizado tres cambios. Primero, oscurecí y aumenté el contraste de la imagen de fondo para que el fuego se destacara más. Segundo, pinté una sombra en la espalda del hombre para acentuar la sensación de que la luz proviene de la chimenea. Y tercero, pinté una sombra oscura alrededor del perímetro de la habitación, alejándola del fuego.

El resultado es que la atención del espectador se concentra en los elementos clave de este sencillo montaje: el hombre solitario en el escritorio y su calculadora. Ahora, nuestra vista se dirige inmediatamente hacia la figura central, mientras que el menos relevante perímetro de la habitación se desvanece en la oscuridad.

Las sombras aportan un estado de ánimo diferente a la pieza: mientras que antes él solo estaba trabajando en su escritorio, ahora parece que está trabajando hasta tarde en la noche para poner en orden sus cuentas.

Hay muchas maneras de llamar la atención hacia el punto focal de una imagen. En la famosa pintura de Da Vinci, La Última Cena, todas las diagonales apuntan directamente hacia la cabeza de la figura de Cristo: dondequiera que nuestra mirada pueda vagar dentro de la imagen, siempre es devuelta al centro. Los fotógrafos y los artistas de fotomontaje pueden usar técnicas similares para guiar la vista.

Cuando los artistas medievales querían representar a los santos, pintaban un halo alrededor de sus cabezas. De hecho, el concepto de halo es mucho más antiguo: se han encontrado halos en estatuas de Buda del siglo I d.C. y en relieves del dios Ra en el antiguo Egipto, milenios antes de eso.

Entonces, ¿por qué se popularizó esta convención? ¿Debemos creer que las figuras sagradas de la antigüedad realmente llevaban un anillo de oro alrededor de sus cabezas?

Los halos se utilizan para llamar la atención sobre las figuras centrales en composiciones religiosas. Se han vuelto tan comunes que los vemos sin notarlos. Pero no podríamos usar esta técnica hoy en día sin recibir comentarios adversos. Por lo tanto, como usuarios de Photoshop, necesitamos encontrar una forma diferente de enfocar nuestras imágenes.

La Diagonal 

Por supuesto, estos carteles siempre se verán mejor pegados en una pared que en una página impresa. Entonces, ¿por qué la imagen de la izquierda parece más irrealista que la inclinada de la derecha?

A lo largo de la historia del arte, los pintores han trabajado arduamente para incorporar elementos diagonales en sus obras. En parte, es para lograr un realismo, mostrando escenas como las percibimos en la vida real. En parte, es para evitar que una imagen se divida en secciones regulares por líneas horizontales: en la imagen de la izquierda, el suelo y el cielo forman bandas horizontales que rompen la unidad de la escena, convirtiéndola en un patrón suelto de bloques que encajan.

Un elemento diagonal fuerte en una imagen siempre aportará dinamismo y vida. Ayuda a guiar la vista a través de la escena, proporcionando un camino claro para seguir mientras la contemplamos. La disposición de la cabeza, el cuello, las manos y la hoja de papel en esta pintura de Rembrandt, a la izquierda, no es casual; forman puntos de referencia en la diagonal que va de la esquina superior izquierda a la inferior derecha.

Podemos usar diagonales para animar nuestros montajes, dándoles un impulso extra cuando lo necesiten. El montaje simple arriba contiene solo dos elementos: el trompetista y el fondo del escenario. En el primero, él está justo frente al fondo, pero no hay un sentido real de que esté tocando su instrumento. Podría estar simplemente posado para la foto; incluso podría ser una figura de cera por la falta de animación que muestra. Solo con rotar su figura se produce una imagen que resulta emocionante e invitante.

Mientras que los pintores creaban diagonales deliberadamente, los fotógrafos siempre buscan diagonales en el mundo real para fotografiarlas. Esto puede implicar fotografiar un edificio alto desde una posición oblicua, rotar la cámara para capturar una vista en ángulo o posicionar una figura de manera que las extremidades formen una forma diagonal. Sea cual sea la forma en que se haga, los fotógrafos han sabido durante mucho tiempo que las diagonales aportan interés, forma y estructura a una imagen.

Rompiendo reglas

Como siempre, a veces necesitamos romper las reglas. En la imagen de la derecha, las diagonales en las esquinas llevan a una ventana cuadrada. Esto da a la imagen una sensación de calma y quietud: no hay movimiento deliberado en esta imagen. ¿Funcionaría si la mujer estuviera descentrada?

Pide a alguien que dibuje una puerta y te presentará un rectángulo cuadrado. Los más artísticos pueden añadir paneles y tal vez una manilla. Lo cual, pensarías, es exactamente como debería ser.

El problema es que rara vez, si es que alguna vez, vemos una puerta como un rectángulo perfecto en la vida real. Mira a tu alrededor en la habitación en la que te encuentras ahora, observa la puerta, las ventanas y el techo: si los dibujaras tal como los ves, serían polígonos irregulares. Solo cuando estamos exactamente frente a una puerta la vemos como un rectángulo, y aún así, la perspectiva nos haría ver los bordes ligeramente curvados.

La vida real no tiene vistas cuadradas, por lo que al crear escenas en Photoshop, también debemos evitar ese tipo de perspectivas. Se ven demasiado artificiales para ser convincentes.